El Tercer Reich de Roberto Bolaño

Roberto Bolaño es un gran descubrimiento para mí el cual cada vez que lo leo me enamoro un poco más de su escritura.
 Creó un mundo propio que ha ido modificando en cada libro. Agregando lugares, o repitiendo escenarios, y personajes intensos que aparecen y desaparecen dejando una huella imborrable en el mundo y en sus lectores.

En el Tercer Reich crea un juego de guerra y los personajes que aparecen son como soldados librando una batalla personal.

La historia es simple, Udo Berger se va de vacaciones con su novia a la Costa Brava en España. Donde iba de adolescente con sus padres, al mismo hotel. Ahí conoce a Charly y Hanna, alemanes y a personajes locales como el Lobo, el Cordero y el Quemado.  Y se reencuentra con un amor de la adolescencia Frau Else.
En su habitación de hotel, Udo despliega el juego el Tercer Reich, del que tiene que extraer nuevas estrategias. Pero atrae a un personaje tan enigmático como peligroso. Se establece una comunicación y un conocimiento del otro que lleva a un desenlace interesante.

Todos los personajes cumplen una función inherente a los otros. Es como si Bolaño hubiera creado un gran juego de la vida con un juego de estrategia adentro.

Y qué pasa? Lo de siempre que leo a Bolaño, por momentos me aburre y a medida que avanzo me va envolviendo una marea de sensaciones. Eso es lo que me hace volver a él. La maravillosa sensación de sentir todo.


-¿Sigues visitando la biblioteca, Quemado?
-Sí.
-¿Y solo sacas libros de guerra?
-Ahora sí, antes no.
-¿Antes de qué?
-De empezar a jugar contigo.
-¿Y qué clase de libros sacabas antes, Quemado?
-Poemas.
-¿Libros de poesía? Qué hermoso.
-¿Y qué clase de libros eran esos?
    El Quemado me mira como si estuviera frente a un paleto.
-Vallejo, Neruda, Lorca...¿los conoces?
-No. ¿Y aprendías los versos de memoria?
-Tengo muy mala memoria.
-¿Pero te acuerdas de algo? ¿Puedes recitarme algo para que me haga una idea?
-No, solo recuerdo sensaciones.
-¿Qué tipo de sensaciones? Dime una.
-La desesperación...
-¿Ya está? ¿Eso es todo?
-La desesperación, la altura, el mar, cosas no cerradas, abiertas de par en par, como si el pecho te explotara.
-Sí, entiendo. ¿Y desde cuando has dejado los poemas, Quemado? ¿Desde que empezamos el Tercer Reich? Si lo llego a saber, no juego. A mí también me gusta mucho la poesía.
-¿Qué poetas te gustan?
-A mí me gusta Goethe, Quemado.
   Y así hasta que llega la hora de marcharse.

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